“No voy a decir a mi pareja que quiero que me regale flores, eso tiene que ser espontáneo si no, ¡no vale!”
“Yo le digo que sí a todo para que se dé cuenta de que en realidad no quiero ir”
“¡Si no hablo, está claro que es porque necesito mi espacio pero no se da cuenta!”
Cuanta gente es desgraciada por ese mecanismo retorcido según el cual decimos y, a veces, hacemos, lo contrario de lo que pensamos (o sentimos) esperando que terceras personas adivinen y entiendan lo que nos ocurre.
Estas situaciones también se repiten en las empresas:
“Cuando me lo pidió le dije que sí, pero le voy dando largas así que se dé cuenta de que no quiero hacerlo”.
“Ya no le llamo para el café así que se dé cuenta de que el otro día me molestó que él no me llamara a mí”
Pasamos la vida esperando a que los demás “se den cuenta” de todo lo que hacen mal o bien, de lo que nos gusta o no nos gusta, de lo que queremos o dejamos de querer. Se acumulan malentendidos que nos generan malestar y embrollan nuestras relaciones. Es como encontrarse delante de señales de tráfico que dan información contradictoria, genera confusión y aumenta las posibilidades de desencuentros. ¿Qué nos impide decir lo que queremos abiertamente?
Puede que sea el miedo a mostrarnos como somos, la necesidad de protegernos ante posibles decepciones, no queremos defraudar y no nos gusta que nadie conozca lo que nosotros entendemos como debilidades. Otras veces, queremos evitar un conflicto con otra persona y, sin querer, provocamos que la relación se envenene por no sacar a la luz lo que nos ha molestado.
Lo cierto es que no empezaremos a tener relaciones sanas y satisfactorias hasta que no recordemos cómo expresar de manera clara lo que nos gusta y lo que necesitamos.
Y digo recordar porque cuando estoy con niños me doy cuenta de que ellos no están esperando a que los demás se den cuenta de que quieren jugar con ellos, sino que se acercan y preguntan si pueden jugar; si un niño tiene hambre, te lo hace saber sin reparos; si quiere consuelo durante la noche no duda en pedirlo a voz en grito. Los niños saben que aunque los Reyes Magos sean magos conviene recordarles con una carta lo que quieren que les traigan y, si es posible, argumentando lo buenos que han sido y porque se merecen todas esas cosas maravillosas.
Por supuesto cuando crecemos es necesario que, para favorecer la convivencia, no nos expresemos con la misma rotundidad y volumen que los niños pero sí sería bueno conservar el fondo. Ese fondo que nos permite pedir lo que necesitamos, decir No, expresar nuestro desacuerdo y también recibir un cumplido, declarar nuestra admiración o manifestar nuestro afecto sin sentirnos vulnerables, ni culpables sino con la intención de tener una comunicación franca con otras personas.
Conozco muchos adultos que son capaces de esto y doy las gracias a todas las personas que en algún momento me han dicho con educación y consideración que no iban a hacer algo que yo les pedía, o que necesitaban algo de mí que no les estaba dando. Gracias por el regalo tan grande que supone.
Yo propondría que por 24 horas todos nos comportemos como niños y expresemos a nuestro alrededor todo lo que necesitamos, queremos o esperemos de los demás. Veamos qué sucede.
Yo empiezo ahora mismo con una petición
Por favor enviadme vuestros comentarios sobre este artículo, ¡me encantará leerlos!
Buena semana,
Directo y sincero. Me identifico completamente. Es difícil cambiar ciertos hábitos como este pero lo primero es darse cuenta de ello. Vamos a por ello. Felicidades por el artículo.
Muchas gracias Jorge por tu comentario.
Bea, me encanta leerte. El tema de esta semana muy interesante. Me hace pensar en los alemanes, que entre otros europeos, son unos expertos en esto de la asertividad y la sinceridad. Ciertamente fantástica, facilita las relaciones. Pero también a veces, para un meditarreneo, puede resultar frío y chocante. Todo tiene una medida,…
Estaba pensando en situaciones de esas, de choque cultural. Besos!!!
Gracias Rosario por tu comentario. Puede haber culturas que educan mas en la asertividad pero creo que es un temas más individual. Cuando una persona es asertiva quiere decir que expresa sus opiniones y sentimientos respetando las opiniones y sentimientos de los demás. Para mí la medida está en ese respeto al otro. Gracias por animarte a escribir.