Esta frase la pronunció Pilar Gómez Acebo en el excelente workshop que dirigió en Expocoaching el pasado viernes 3 de febrero.
A pesar de que éramos más de 100 personas en la sala, en un momento nos organizó en grupos y nos invitó a reflexionar de manera conjunta sobre la profesión de coaching y el papel de los coaches en la sociedad y en las organizaciones.
Nos apremió a afrontar lo que nos toque afrontar y sobre todo a preparar el mundo para los que vienen detrás.
Nos arrinconó, metafóricamente hablando, para que no dejemos de desarrollar nuestra capacidad crítica y rechacemos la mentira y el autoengaño.
Fue un sano ejercicio poner en marcha un modo de pensar que nos aleja del buenísmo y nos acerca a la necesidad de provocar a la gente para que crezca y se enfoque en la búsqueda de un porqué y un para qué vital que nos apartará de vernos sometidos a los embates y embustes del sistema.
Con ese porqué y para qué, cada uno encontrará el valor único y diferencial que tenemos y que, al ponerlo en práctica, hará que nuestra vida adquiera un sentido.
Hemos de trabajar para evitar que la gente se vaya a los 55 años de su empresa derrotada de sí misma, habiendo pasado 30 años de su vida consagrada a llevar un sueldo a final de mes sin plantearse quien es o para qué ha venido a este mundo.
Lo mejorable está en lo no medible
Centrándome en la frase del título, Pilar explicaba que es justamente en lo que no se puede medir donde está la posibilidad de mejorar. Le hemos dado demasiada importancia a la razón, a lo que nuestra mente entiende y es capaz de catalogar y medir. Pero las personas son algo mucho más amplio que su cociente intelectual y por lo tanto su área de mejora radica exactamente en aquello que no se puede medir.
Lo mismo sucede con las empresas. Las empresas tecnológicas más fuertes hoy en día (Google, Facebook…) no existían hace 20 años, luego no se podían medir. Es justo ahí donde existen todas las posibilidades.
Quizás el área de mejora de empresas y personas habría que buscarlo en su capacidad de generar riqueza. Generar riqueza social, personal y espiritual más allá de lo material.
Un buen revulsivo supuso el encuentro con ésta enérgica mujer cuyo CV le precede pero a la que fue un placer poder ver en persona.
Un apunte más, cuando alguien le preguntó cual era su valor único y diferencial no dudó un instante y respondió: la mala leche.
Gracias Pilar por la inyección de energía que supuso tu mala leche.
Deja una respuesta